Notre Dame, el alma de París



Notre Dame de París es, sin duda, la catedral gótica más famosa a nivel internacional. El monumento se encuentra en una de las ciudades más visitadas del mundo, además de haber aparecido en obras de autores tan famosos como Víctor Hugo, Nuestra Señora de París, de la cual hablaremos después. Su fachada con sus dos imponentes torres es una de las postales favoritas de los turistas que visitan la ciudad, además de sus famosas gárgolas que tienen su origen en la obra que acabamos de mencionar.

Sin embargo, sería injusto adjudicar la fama de la catedral a la ciudad en la que está ubicada, pues, sin duda alguna, es un monumento rodeado de una historia riquísima, sin olvidarnos de su valor arquitectónico y simbólico. Notre Dame, como veremos más tarde, es una construcción magnífica y que contó con el beneplácito del rey de Francia, Luis VII

 Hace justo un año, un incendio se llevó para siempre parte del patrimonio histórico de Europa con la desaparición de la aguja de Viollet-le-Duc, la pérdida total del tejado de madera y el derrumbe de algunas bóvedas del crucero. Aquel 15 de abril de 2019, el mundo estaba en vilo, observando con impotencia como se perdían 900 años de historia y la posibilidad de que el edificio se perdiera por completo.

El incendio de Notre Dame - Noticias Opinión - Diario Córdoba
Incendio de Notre Dame el 15 de abril de 2019 (Diario Córdoba)

Por suerte, aunque el edificio aun no está 100% salvado hasta que no se le retire el andamio de la restauración que causó el incendio, la catedral se mantuvo en pie y ahora se debate como debe de realizarse la reconstrucción del tejado y de la aguja. No obstante, la crisis del COVID-19 también ha afectado a las tareas de reparación del edificio, las cuales se han visto detenidas por completo, aun manteniendo un servicio mínimo para vigilar que el edificio se mantenga estable durante el parón. Este artículo tiene la intención de contar la historia que envolvió a la construcción de la catedral, situando el monumento en el contexto histórico, y comentar algunas características destacables del mismo.

Contexto histórico del siglo XII: El renacimiento de las ciudades

Para poder entender la construcción de un monumento tan importante como Notre Dame, debemos comprender dos contextos históricos que nos ayuden a adentrarnos en el mundo que envolvió al alzamiento de la catedral parisina: el contexto histórico y el artistico. En esta primera parte veremos el primero y posteriormente pasaremos a ver el segundo.


El periodo que conocemos en la actualidad como Edad Media destaca por su sociedad rural, con pequeños dominios gobernados por un señor feudal que, a su vez, cede sus tierras a sus vasallos a cambio de pagar tributos a su señor, formar parte de su corte y dar servicio militar. Este proceso apareció en el siglo IX tras la desintegración del Imperio carolingio, donde desapareció la autoridad central, y los señores o gobernantes tomaban el control de sus territorios. Esta atomización del poder se irá revirtiendo muy lentamente llegando a aparecer a posteriori nuevos monarcas que trataron de volver a unificar territorios legitimándose en el Imperio carolingio. En Francia va a ser la dinastía capeta la que va a legitimarse como heredera del legado carolingio y, por tanto, va a tratar de restablecer el orden real en los territorios originales de aquel imperio. Esto no supuso un retroceso del mundo feudal, pues los monarcas emplearon el pacto feudo-vasallático  para ampliar sus dominios, haciendo que señores propietarios de tierras le juren fidelidad y, con ello, incrementando su poder e influencia.

Las ciudades van a comenzar a resurgir tras el gran retroceso que sufrieron durante la última etapa del imperio romano, impulsadas por el crecimiento de la población y las mejoras en los cultivos que permitían crear excedentes con los que se podía comerciar. Este crecimiento comenzó a desarrollarse a principios del siglo XI, cuando los señores comenzaron a impulsar estos intercambios comerciales y asentar en sus dominios a artesanos, ofreciendo ventajas fiscales para así aumentar sus rentas y la calidad de los productos. De hecho, el sector textil va a ser uno de los más importantes en este mundo urbano, destacando en zonas como Flandes o los Países Bajos. Este crecimiento y enriquecimiento de algunas personas va a dar lugar a la aparición de grandes fortunas que van a tener gran capital, la burguesía, quienes van a terminar por ostentar el poder de la oligarquía urbana.



Plano de 1705 que representa como tuvo que ser París en época romana (Biblioteca Nacional de España)

Una de esas ciudades va a ser París, ciudad fundada por los romanos bajo el nombre de Lutecia, que va a convertirse en el siglo XII en la capital de los dominios de la dinastía capeta, provocando así convertirse en la cabeza de dichos dominios y aumentando considerablemente su población y riqueza. De hecho, antes de la llegada de la peste negra, en 1348, llegó a alcanzar los 100.000 habitantes, una de las mayores ciudades de Europa en aquel entonces. Esta fue fundada en la conocida como Île de la Cité, llamada así por ser durante un tiempo la propia urbe, una isla fluvial rodeada por el río Sena y que le ofrecía una mayor capacidad defensiva ante los ataques. Es en este lugar donde se encontraba el recinto religioso, ocupado primero por un templo romano y actualmente por la catedral de Notre Dame de París.



En los siguientes 3 planos de 1705 se puede vislumbrar la evolución de la ciudad desde la primera mitad del siglo XII hasta la segunda mitad del siglo XIV (Biblioteca Nacional de España)

Con el crecimiento urbano y la aparición de grandes capitales con capacidad de inversión se va a disparar la demanda de arte, sobre todo de sectores laicos, quienes empezaron a mostrar un gran interés por las obras de arte. Este incremento de la demanda permitió la creación de talleres permanentes en las ciudades que dieron lugar a auténticos mercados de obras artísticas. Este proceso se inició en la etapa final del románico, en la que los artistas comenzaron a dejar de ser errantes y comenzaron a crear pequeños talleres permanentes. No obstante, en la etapa del gótico (siglos XII-XV) no implicó la desaparición del artista errante que viajaba a realizar encargos, como el ejemplo de Étienne de Bonneuil, quien viajó a Uppsala (Suecia) a construir su catedral.

París se alzaba como la capital de una dinastía que tenía como objetivo la recuperación del legado de Carlomagno, y por ello se decidió impulsar la construcción de un nuevo monumento que mostrara a todos el poderío y la riqueza de la ciudad, la catedral de Notre Dame. Desde un punto de vista social y económico, las grandes catedrales del gótico francés eran edificaciones que tenían como objetivo la muestra del poderío de dicha ciudad. De hecho, aunque la iglesia fue la benefactora de estos proyectos, la sociedad urbana y la monarquía se convirtieron en grandes fuentes de financiación que permitieron levantar esos esbeltos templos góticos. Notre Dame de París fue levantada por el obispo de París, Maurice de Sully, y fue apoyada por Luis VII de Francia y los propios ciudadanos de la ciudad con sus donativos. El templo sustituyó a la basílica merovingia del siglo VI que levantó Childeberto de la cual hablaremos en el contexto artístico.



Contexto artístico y características de Notre Dame

La catedral parisina se podría considerar como la última gran obra del llamado gótico primitivo, dando inicio al estilo clásico de este arte en la zona centro/norte de Francia. El estilo gótico surge en la región en base a una evolución del románico tardío en zonas de Borgoña y Normandía, de donde saldrán algunos de los estilos que acabarán por mezclarse y formar el gótico tal y como lo conocemos. De Borgoña podemos extraer el arco apuntado, de origen islámico, que se empleó en monumentos monásticos cistercienses como la abadía de Fontenay, en la que la bóveda de cañón y algunos arcos adquieren una forma apuntada. Algunos apuntan a esta zona como el origen del gótico, y en parte lo es. No obstante, hay que destacar el arte que se desarrolla en la zona de Normandía y en la propia París. Muchos consideran a la basílica de Saint Denis como el punto de partida de la arquitectura gótica, cuando Suger, abad de la basílica, puso la primera piedra en el año 1140. Realmente este monumento no supuso una ruptura del arte que se estaba desarrollando a su alrededor, sino que fue una combinación de los distintos elementos arquitectónicos que darán lugar al arte gótico: arco apuntado y bóveda de crucería.
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Bóveda de cañón y arcos apuntados en la abadía de Fontenay, símbolo de la transición románico-gótico en el arte cisterciense (Wikipedia commons)

Volviendo al románico tardío normando, podemos ver la aparición en esta región de elementos que posteriormente darán al gótico. La primera bóveda de crucería la encontramos en Inglaterra, en la catedral de Durham del año 1095, siguiéndole en 1098 la iglesia de Lessay en Normandía, en 1130 la iglesia abacial de Saint Etienne de Caen, y en 1035 en la propia París, en la iglesia de Saint Martín des Champs. En todos estos ejemplos podemos ver ya elementos apuntados que se dirigen a lo que conoceremos como arte gótico, y van a ser la referencia que tomará Suger para Saint Denis.

Lessay - Guía turismo y vacaciones
Bóveda de crucería en la iglesia románica de Lessay, Normandía (France Voyage)

Lo que si es cierto, es que a partir de la construcción de Saint Denis, se empiezan a levantar las primeras catedrales góticas en Francia. De las anteriores a Notre Dame cabe destacar 3 construcciones que van a ser predecesoras del templo parisino: Noyon, Senlis y Laon, comenzadas a construir en los años 1155, 1153 y 1160 respectívamente. En los 3 casos ya podemos vislumbrar cual va a ser la fisonomía de la catedral gótica francesa: fachada principal con dos torres con un rosetón en la parte central, altar elevado entre la nave central y el transepto y un tejado que cubre las bóvedas de las dichas áreas.
Catedral de Noyon - Wikipedia, la enciclopedia libre
Fachada principal de la catedral de Noyon (Wikipedia Commons)


Interior de la catedral de Noyon (Wikipedia Commons)

Habíamos mencionado en el contexto socio-económico la existencia de una basílica merovingia del siglo VI-VII en el actual emplazamiento de Notre Dame. Dicho monumento ya no encajaba con las ideas de la época, influenciadas por la escuela de Chartres, en la que los monumentos religiosos debían de ser el espejo de Dios en la tierra, una recreación del Jerusalén celestial, implicando la creación de construcciones verticales y diáfanas, que permiten el paso de la luz que, además, es modificada gracias a los vitrales policromados que  dan color a dicha luminosidad. Sin embargo, la basílica era bastante oscura y no muy elevada, por lo que se optó a construir una catedral acorde a dos principios: los motivos religiosos que acabamos de mencionar y la monumentalidad del mismo, símbolo de la capital de Francia.

La construcción de Notre Dame de París fue iniciada en el año 1163 empleando de base la basílica merovingia, de la cual va a heredar parte de su plano. Este monumento no disponía de 3 naves en el crucero, cosa que es típico en los grandes monumentos religiosos, sino que disponía de 5. La catedral parisina va a adquirir una fisonomía curiosa debido a que va a disponer del mismo número de naves que su predecesora, provocando así, que en el plano del monumento apenas se note la planta de cruz latina, que si es más perceptible desde el exterior y desde el interior debido a la mayor elevación de la nave central y el transepto respecto a las naves laterales. En el año 1182 el coro ya estaba terminado, iniciándose así las primeras liturgias celebradas en Notre Dame, mientras el resto del edificio seguía en construcción. La construcción del crucero imitó al de sus predecesores, en los que podemos ver columnas cilíndricas, propias del gótico normando, un triforio en el primer piso y un claristorio por encima del mismo, donde se instalan los vitrales que iluminan la nave central.

FOTOS | Primeras imágenes del interior de Notre-Dame tras el ...
Nave principal de la catedral de Notre Dame de París (Eldiario.es)

A principios del siglo XIII se habrán concluido los trabajos en el crucero destacando sus arbotantes exteriores, los primeros del arte gótico, y se comenzará a levantar la fachada principal con sus famosas torres y la famosa galería de los reyes, donde podemos observar las 28 esculturas de los reyes de Judea e Israel, con los que la dinastía capeta deseaba emparentarse y legitimar así su reinado. Estas monumentales torres alcanzan los 69 metros de altura y pueden ser consideradas de un estilo clásico. Recordemos que la construcción de estas catedrales podía durar décadas o incluso un siglo, según la velocidad de construcción, por lo que se pueden llegar a solapar en una catedral diferentes fases del arte gótico. Las torres, al igual que las demás del estilo francés, están inconclusas. El proyecto inicial tenía la intención de rematarlas con sendas agujas o chapiteles, al igual que sucedía con las iglesias románicas, en las cuales podemos encontrar remates con chapiteles. De hecho, la catedral de Noyon si tiene un pequeño remate en sus torres, al igual que la posterior catedral de Chartres, pero en este último caso se debe a que dicha torre fue el único elemento que sobrevivió a la destrucción de la catedral románica durante el incendio que sufrió.

Catedral de Notre Dame (París) - Wikipedia, la enciclopedia libre
Fachada principal de Notre Dame con sus dos torres, la galería de los reyes y el rosetón central (Wikipedia Commons)

 El problema al que se podían enfrentar al rematar monumentos como Notre Dame o catedrales del mismo estilo eran los propios límites de la arquitectura gótica y las dificultades técnicas de realizar esos acabados a tanta altura, hecho que hace que las torres no hayan sido rematadas, cosa que si podemos ver en el gótico inglés, donde sus construcciones no son tan elevadas y si pueden aplicar dichos remates.Lo que si se hacía en algunos casos, entre ellos Notre Dame, era construir una aguja muy elevada sobre el crucero, justo en el punto en el que se juntan crucero y transepto. Eran construidas con materiales muy ligeros para que su peso pudiera ser soportado.

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Exterior de la catedral de Notre Dame vista desde arriba (La tercera)

Otro elemento destacado de la catedral es su doble girola o deambulatorio, elemento que nació en el románico y se popularizó en el gótico. Este deambulatorio se hizo para aumentar la fluidez de circulación de los fieles en lugares de alta peregrinación, transcurriendo por detrás del coro y del ábside, siendo una prolongación de las naves laterales. En este lugar se podían venerar reliquias o elementos destacados del monumento.

A mediados del siglo XIII podemos considerar que se realiza la fase final de la construcción de Notre Dame de París, en época medieval, aunque a posteriori se realizarán modificaciones y restauraciones. En esta última fase medieval se termina el transepto y se instalan los famosos rosetones de la catedral, ya de un estilo gótico radiante.
Rosetón del transepto norte (fotografía personal)


Después de Notre Dame y legado posterior.

Notre Dame de París abrió el camino a la construcción de las mayores catedrales del gótico francés, en el que las ciudades, como hemos mencionado anteriormente, buscaban construir la mayor catedral posible para ganar prestigio frente a sus rivales. Las más destacadas de este periodo son: Chartres, Reims, Amiens y Beauvais, entre otras. 

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Catedral de Amiens. Su aguja casi alcanza los 113 metros de altura, convirtiéndola en la catedral más alta de Francia. (La Brújula Verde)

No obstante, al llegar el siglo XVI, comenzó un periodo en el que el arte gótico se consideró un arte de bárbaros. Fue Giorgio Vasari, artista italiano renacentista quien popularizó el término "gótico" y provocó a la larga el abandono y la dejadez de estos monumentos culmen de la Edad Media. Luis XIV emprendió una reforma en Notre Dame en la que algunas vidrieras fueron retiradas y gran parte del altar y el coro medieval fueron reemplazados por elementos artísticos propios del barroco. La situación del monumento se fue agravando en el siglo XVIII, cuando se decidió retirar la aguja medieval debido al mal estado de la misma, y los grandes daños que sufrió el monumento en 1789 al estallar la revolución francesa, donde, entre otras cosas, se decapitaron las 28 esculturas de la galería de los reyes. Esto se debió a la incorrecta interpretación del monumento en el que fueron asociados a los monarcas franceses, de ahí el ataque a las esculturas.
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Esculturas y decorados barrocos en el ábside de Notre Dame, destacando en el centro la Piedad de Coustou (El Cronista)

Los daños y la dejadez dejaron a la catedral al borde de la ruina y la desaparición, hasta que Víctor Hugo, escritor francés, conmocionado por la precaria situación del monumento histórico escribió el libro que, no solo salvó a Notre Dame, sino que la popularizó, Nuestra Señora de París en 1831. La obra del escritor francés no comienza con su historia novelada, sino que dedica el prólogo y el primer capítulo a elaborar una especie de memorial de agravios que sufrió la catedral durante los siglos anteriores para crear conciencia y tratar de salvarla. El hecho es que funcionó, comenzando poco después de la publicación de la obra la mayor restauración a la que se expuso la catedral en su historia. Eugène Viollet-le-Duc se convertirá en el gran artífice de devolver a Notre Dame el esplendor de su etapa medieval, construyendo una nueva aguja en la década de 1850 basándose en la original medieval, restaurando y añadiendo vidrieras y rosetones, y añadiendo las famosas gárgolas que se ubican en las torres.

Gárgolas diseñadas por Viollet-le-Duc en la restauración del siglo XIX, al fondo la aguja que diseñó su mismo autor (fotografía personal)


Un símbolo de gran valor histórico.


Notre Dame pintada por Raguenet en 1752, cuando todavía conservaba la aguja original (Wikipedia Commons)

Como conclusión a este artículo queremos resaltar el valor histórico de la catedral de París, pues acontecimientos de gran importancia, tanto local como internacional, como: la ejecución de Jacques de Molay, el ultimo gran maestre de la Orden del Temple, la boda de Enrique VI de Inglaterra, la rebelión de la Fronda, la coronación de Napoleón o la celebración de una misa tras la liberación de París en la Segunda Guerra Mundial. A su vez, numerosos acontecimientos pusieron en riesgo la supervivencia de Notre dame, siendo el 15 de abril de 2019 el último de ellos. El incendio destruyó la aguja de Viollet-le-Duc y con el tejado de madera, uno de los pocos originales que quedaban debido a que los de otras catedrales se incendiaron o fueron reemplazados por tejados hechos de otros materiales como pizarra. En estos momentos un grupo de expertos están trabajando con ahínco para poder reparar los daños causados y reconstruir en los próximos años el tejado y la aguja, y desde Proyecto Historia queremos desearles la mejor de las suertes para que cumplan con su cometido.


Notre Dame fotografiada por Édouard Baldus en 1850. En ella podemos ver la catedral parisina sin aguja (Wikipedia Commons)

Notre Dame fue levantada por su ciudad, París, gracias a todos los estratos sociales de su época que, unidos en un objetivo, levantaron la catedral más famosa del mundo. Este monumento es el reflejo, el alma de la ciudad asentada ribera del Sena, un espejo en el que podemos contemplar su riqueza y poderío, y la verdad es que consiguieron su objetivo. El deseo de convertir su catedral en el icono de su ciudad, de hecho, ya no solo es el símbolo de París, sino el símbolo de una época, el símbolo de un estilo artístico, uno de los monumentos más destacados de la historia de la humanidad.

Bibliografía

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DUBY, G.: San Bernardo y el arte cisterciense (el nacimiento del gótico). Taurus. Madrid. 1981.

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GARCÍA, JUAN V. MANCHO, C. RUÍZ DE LA PEÑA, I.: Historia del arte medieval. Publicacions de la Universitat de València. Valencia. 2012

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