Síntesis de la conquista Persa de Egipto.
Egipto fue una de las civilizaciones más longevas de la historia de la humanidad, con 3.000 años de existencia se mostró como una civilización próspera y que vio el nacimiento de la escritura (junto a Sumeria). La visión romántica de Egipto como un territorio regido por el equilibrio no es del todo cierta, si bien es cierto que hubo momentos de esplendor y estabilidad, hubo otros momentos en los que Egipto era conquistado por potencias extranjeras, ya sea parcial o totalmente. Quizás una de las más conocidas fue la conquista persa acontecida en torno al 525 a.C.. En este artículo vamos a hablar de ella de un modo introductorio
Antecedentes
Egipto estaba gobernado por Amasis (570-526 a.C.), faraón que llegó al trono como general del ejército dando un golpe de estado a su predecesor, Apries (589-570 a.C.). Este monarca no gozaba de un gran prestigio debido a sus derrotas en oriente próximo y la inestabilidad que estaba generando, motivo por el que Amasis se rebeló contra él. Heródoto afirma en su obra que Amasis no tenía intención de ejecutar a Apries, sin embargo debido a las presiones que recibió se vio obligado a hacerlo. Amasis estableció a lo largo de su reinado una serie de medidas diplomáticas exitosas como el establecimiento definitivo de colonos griegos en Naucratis con fines comerciales, o la alianza con Lidia. Sin embargo, los medos se hicieron con el control de Persia, fundando así el imperio persa aqueménida. Este imperio terminó por conquistar todo oriente próximo y medio, y por tanto a los aliados de Egipto. Amasis durante sus últimos años trató de mejorar todavía más sus relaciones con los griegos ante una posible invasión persa. Ciro II el grande no llegó a invadir el país del Nilo, cosa que terminaría realizando su hijo, Cambises II.
Engaño y conquista
Cuenta Heródoto que el rey de Persia, Cambises II, pidió la mano de la hija de Amasis, cosa que no hacía gracia al faraón debido a que su hija pasaría a ser una concubina y no una reina. El monarca realizó una argucia para evitar enemistarse con el imperio más poderoso de su tiempo, pero sin tener que entregar su hija a los persas. Todavía quedaba viva una hija de Apries, anterior faraón, llamada Nitetis. Ella fue entregada a Cambises II desvelando al soberano la mentira que había organizado el rey egipcio. Esto provocó la ira del rey persa y se decidió a invadir Egipto, consiguiendo su cometido en el año 525 a.C. derrotando a los egipcios en la batalla de Pelusia. Cuando esto sucedió, Amasis ya había fallecido, por lo que en ese momento su hijo sostenía el trono, Psamético III, quien todavía era un joven con poca experiencia de gobierno, y que no pudo hacer nada para frenar la invasión de su reino. Según nos cuenta de nuevo Heródoto, Cambises II tenía intención de mantener a Psámetico III como gobernante de Egipto en condición de sátrapa(gobernador provincial persa), sin embargo, terminó ejecutándolo al descubrir que estaba preparando una rebelión para expulsar a los persas. Cambises II se hizo ver como un auténtico faraón adoptando las costumbres de los mismos, y en principio parece ser que fue aceptado como soberano de este reino. La teoría de la argucia de Amasis es posible que fuera falsa, tratándose quizás de un invento persa para legitimar a sus reyes como legítimos soberanos del país del Nilo. De hecho Heródoto comenta que la historia fue alterada para presentar a Nitetis como esposa de Ciro II el grande, y por tanto madre de Cambises II. En esta situación el rey persa sería nieto de un faraón legítimo que fue derrocado, por lo que se le podría considerar un monarca con derecho a sentarse en el trono de Egipto.
La conquista persa de Egipto era un hecho, sin embargo, mantener su soberanía sobre el Nilo iba a suponer un enorme quebradero de cabeza debido a las numerosas revueltas para tratar de recuperar la independencia. En el año 404 a.C. los egipcios consiguieron independizarse de los persas aprovechando la guerra civil entre Artajerjes II y Ciro el joven. Aunque los persas retomarían la soberanía de Egipto hasta la llegada de Alejandro Magno en el año 332 a.C.
Bibliografía
Antecedentes
Egipto estaba gobernado por Amasis (570-526 a.C.), faraón que llegó al trono como general del ejército dando un golpe de estado a su predecesor, Apries (589-570 a.C.). Este monarca no gozaba de un gran prestigio debido a sus derrotas en oriente próximo y la inestabilidad que estaba generando, motivo por el que Amasis se rebeló contra él. Heródoto afirma en su obra que Amasis no tenía intención de ejecutar a Apries, sin embargo debido a las presiones que recibió se vio obligado a hacerlo. Amasis estableció a lo largo de su reinado una serie de medidas diplomáticas exitosas como el establecimiento definitivo de colonos griegos en Naucratis con fines comerciales, o la alianza con Lidia. Sin embargo, los medos se hicieron con el control de Persia, fundando así el imperio persa aqueménida. Este imperio terminó por conquistar todo oriente próximo y medio, y por tanto a los aliados de Egipto. Amasis durante sus últimos años trató de mejorar todavía más sus relaciones con los griegos ante una posible invasión persa. Ciro II el grande no llegó a invadir el país del Nilo, cosa que terminaría realizando su hijo, Cambises II.
Engaño y conquista
Cuenta Heródoto que el rey de Persia, Cambises II, pidió la mano de la hija de Amasis, cosa que no hacía gracia al faraón debido a que su hija pasaría a ser una concubina y no una reina. El monarca realizó una argucia para evitar enemistarse con el imperio más poderoso de su tiempo, pero sin tener que entregar su hija a los persas. Todavía quedaba viva una hija de Apries, anterior faraón, llamada Nitetis. Ella fue entregada a Cambises II desvelando al soberano la mentira que había organizado el rey egipcio. Esto provocó la ira del rey persa y se decidió a invadir Egipto, consiguiendo su cometido en el año 525 a.C. derrotando a los egipcios en la batalla de Pelusia. Cuando esto sucedió, Amasis ya había fallecido, por lo que en ese momento su hijo sostenía el trono, Psamético III, quien todavía era un joven con poca experiencia de gobierno, y que no pudo hacer nada para frenar la invasión de su reino. Según nos cuenta de nuevo Heródoto, Cambises II tenía intención de mantener a Psámetico III como gobernante de Egipto en condición de sátrapa(gobernador provincial persa), sin embargo, terminó ejecutándolo al descubrir que estaba preparando una rebelión para expulsar a los persas. Cambises II se hizo ver como un auténtico faraón adoptando las costumbres de los mismos, y en principio parece ser que fue aceptado como soberano de este reino. La teoría de la argucia de Amasis es posible que fuera falsa, tratándose quizás de un invento persa para legitimar a sus reyes como legítimos soberanos del país del Nilo. De hecho Heródoto comenta que la historia fue alterada para presentar a Nitetis como esposa de Ciro II el grande, y por tanto madre de Cambises II. En esta situación el rey persa sería nieto de un faraón legítimo que fue derrocado, por lo que se le podría considerar un monarca con derecho a sentarse en el trono de Egipto.
La conquista persa de Egipto era un hecho, sin embargo, mantener su soberanía sobre el Nilo iba a suponer un enorme quebradero de cabeza debido a las numerosas revueltas para tratar de recuperar la independencia. En el año 404 a.C. los egipcios consiguieron independizarse de los persas aprovechando la guerra civil entre Artajerjes II y Ciro el joven. Aunque los persas retomarían la soberanía de Egipto hasta la llegada de Alejandro Magno en el año 332 a.C.
Bibliografía
HERODOTO.: Historia. Libros I-II, RBA coleccionables S.A., Barcelona. 2006. Traducción y notas de Carlos Schrader.
SHAW. I. (2000): Historia del antiguo Egipto. Oxford: Oxford University Press.
URRUELA. J. (2017): Egipto faraónico. Política, economía y sociedad. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca.
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